Italianos en Rosario, un perfil demográfico y ocupacional.
La experiencia inmigratoria en Argentina fue compleja y diversa. El presente estudio se propone examinar el caso de la inmigración italiana a la ciudad de Rosario (1870-1914), es decir, un ámbito urbano cuyo tejido social estaba atravesando un significativo cambio socio-económico contemporáneamente al arribo de la inmigración transatlántica. En particular, el trabajo intenta explorar cómo operaron los patrones demográficos, ocupacionales y migratorios de los italianos en su proceso de inserción dentro de dicho contexto urbano.
A diferencia de lo sucedido en Buenos Aires y de otras ciudades provinciales del interior de la Argentina, Rosario no tuvo un pasado colonial ni una poderosa élite nativa que se desarrollase en dicha ciudad durante la primera mitad del siglo XIX. Más aún, hacia 1850 Rosario sólo era un pequeño pueblo ventajosamente situado a orillas del río Paraná, al sur de la provincia de Santa Fe1. Rosario sintetiza, en cambio, muchas de las transformaciones socio- económicas de la Argentina de fines del ochocientos, tales como el crecimiento acelerado de su población, una rápida urbanización y la expansión de las actividades productivas.
Hacia la última década del siglo pasado, Rosario se convirtió en la segunda ciudad y puerto de la Argentina. Una acentuada diversificación económica estimuló el incremento de la demanda laboral, la cual fue provista tanto por migrantes internos llegados desde provincias vecinas a Santa Fe como por los inmigrantes transatlánticos2. En 1895, mientras los migrantes nacidos en Argentina configuraban el 36% de la población, los inmigrantes de origen europeo constituían casi la mitad del total de los habitantes de la ciudad. Entre ellos, los italianos mostraban una acentuada superioridad numérica por sobre las otras nacionalidades, ya que alcanzaban a integrar el 28% de la población total de Rosario.
Más del 25% de los italianos que llegaron a Rosario estaban ocupados en profesiones no manuales, como dueños de negocios pequeños, profesionales, empresarios o empleados. A diferencia de lo sucedido con quienes se asentaron en la ciudad de Buenos Aires, una proporción elevada de la élite económica italiana de Rosario alcanzó a adquirir tierras en las áreas rurales de la provincia de Santa Fe y a participar activamente dentro de la política municipal. Mayoritariamente, sin embargo, el grupo inmigratorio italiano estaba integrado por artesanos que ejercían oficios calificados y por quienes se ocupaban en trabajos de baja o nula calificación.
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