Tavolara fue en el pasado una de las más pequeñas repúblicas del planeta.
Tavolara es una pequeña isla italiana situada en la costa norte de Cerdeña, en la Provincia de Olbia-Tempio.
Tavolara fue una de las más pequeña repúblicas del planeta, pero ahora es simplemente parte de Italia, aunque nunca fue anexada formalmente.
Geografía.
La isla es un macizo de piedra caliza de 5 kilómetros de largo y 1 kilómetro de ancho, con acantilados escarpados excepto en sus extremos. Su punto más alto está a 565 m sobre nivel del mar. Actualmente, la isla está habitada por unas pocas familias, y tiene un cementerio y un pequeño restaurante.
La pequeña aldea pesquera sarda de Porto San Paolo está directamente frente a sus costas, al otro lado de un pequeño estrecho. La ciudad importante más cercana es Olbia. Las muy cercanas islas de Molara y de Molarotto forman parte del Archipiélago de Tavolara.
La mayor parte de la población fue desplazada de la isla en 1962, cuando fue construida una estación radiogoniométrica de la OTAN en la mitad este de la isla. Las antenas de la estación se pueden ver desde una cierta distancia y esa mitad entera de la isla está restringida al personal militar.
Tavolara es también hogar del VLF-transmisor ICV, que trabaja en 20,27 kHz y 20,76 kHz y que se utiliza para transmitir mensajes a los submarinos. Pueden también ser recibidos (pero no descifrados) por PC ordinarios, con una bobina como antena en la entrada de la tarjeta de sonido y mediante software de análisis de FFT.
Flora y Fauna.
Una rara especie de Centaurea espinosa, Centaurea horrida, es endémica sólo de Tavolara y algunas otras zonas marginales del norte de Cerdeña. En su «Historia Natural de Cerdeña» (1774), Francesco Cetti informó de que enormes ratas habitan la isla de Tavolara, pero esos ejemplares probablemente correspondian a la ahora extinta Pika sarda (Prolagus sardus).
En el siglo XVIII, entre los sardos se difundió la leyenda de que las cabras salvajes de Tavolara tenían dientes de oro.1 Los rebaños de cabras fueron trasladados a Cerdeña cuando la OTAN construyó la base y ya no hay cabras en la isla. La foca monje del Mediterráneo (Monachus monachus), en peligro crítico, tenía una colonia de cría aquí hasta 1960.
A la vez que sede de una próspera industria de la langosta, Tavolara atrae ahora a los buzos que vienen a ver los corales, esponjas, anémonas de mar, delfines mulares (Tursiops truncatus), e incluso algunos especímenes de «Pinna nobilis», la rara almeja gigante cuyas fibras de biso fueron anteriormente utilizadas en la fabricación de sedas marinas para las prendas reales.
La isla y las aguas circundantes son parte del coto marino de Tavolara y de Punta Coda Cavallo creado en 1997. Las protecciones del medio ambiente puestas en el parque han supuesto restricciones al uso del área para el turismo.
Tavolara fue una de las más pequeña repúblicas del planeta, pero ahora es simplemente parte de Italia, aunque nunca fue anexada formalmente.
Geografía.
La isla es un macizo de piedra caliza de 5 kilómetros de largo y 1 kilómetro de ancho, con acantilados escarpados excepto en sus extremos. Su punto más alto está a 565 m sobre nivel del mar. Actualmente, la isla está habitada por unas pocas familias, y tiene un cementerio y un pequeño restaurante.
La pequeña aldea pesquera sarda de Porto San Paolo está directamente frente a sus costas, al otro lado de un pequeño estrecho. La ciudad importante más cercana es Olbia. Las muy cercanas islas de Molara y de Molarotto forman parte del Archipiélago de Tavolara.
La mayor parte de la población fue desplazada de la isla en 1962, cuando fue construida una estación radiogoniométrica de la OTAN en la mitad este de la isla. Las antenas de la estación se pueden ver desde una cierta distancia y esa mitad entera de la isla está restringida al personal militar.
Flora y Fauna.
Una rara especie de Centaurea espinosa, Centaurea horrida, es endémica sólo de Tavolara y algunas otras zonas marginales del norte de Cerdeña. En su «Historia Natural de Cerdeña» (1774), Francesco Cetti informó de que enormes ratas habitan la isla de Tavolara, pero esos ejemplares probablemente correspondian a la ahora extinta Pika sarda (Prolagus sardus).
En el siglo XVIII, entre los sardos se difundió la leyenda de que las cabras salvajes de Tavolara tenían dientes de oro.1 Los rebaños de cabras fueron trasladados a Cerdeña cuando la OTAN construyó la base y ya no hay cabras en la isla. La foca monje del Mediterráneo (Monachus monachus), en peligro crítico, tenía una colonia de cría aquí hasta 1960.
A la vez que sede de una próspera industria de la langosta, Tavolara atrae ahora a los buzos que vienen a ver los corales, esponjas, anémonas de mar, delfines mulares (Tursiops truncatus), e incluso algunos especímenes de «Pinna nobilis», la rara almeja gigante cuyas fibras de biso fueron anteriormente utilizadas en la fabricación de sedas marinas para las prendas reales.
La isla y las aguas circundantes son parte del coto marino de Tavolara y de Punta Coda Cavallo creado en 1997. Las protecciones del medio ambiente puestas en el parque han supuesto restricciones al uso del área para el turismo.
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