Recorriendo las calles de Monreale, en Palermo.
Monreale (Monte Reale) era en la época normanda una reserva de caza de los reyes, hasta que Guillermo II de Sicilia decidió hacer sombra a su abuelo Roger II y construyó el Duomo en el año 1171. Cuando terminamos la visita al Duomo de Monreale, aprovechamos para callejear y hacer unas pequeñas compras de suvenires. Las callejas son estrechas y tienen sabor descuidado. El entramado de calles estrechas medievales mantienen un cierto frescor en los calurosos días de verano. Las calles tiene su encanto, con la ropa tendida o las motos vespas tan habitables y que están por todos sitios. Entre ellas hay tiendas de cerámica y recuerdos de viaje. Aquí un plato con la estrella de los vientos. Luego descansamos en una terraza en la plaza, frente a la Catedral. Disfrutando del solecito de inviernos nos tomamos un café y unos dulces. El Rosegón es un dulce típico en Valencia de consistencia muy dura y con almendras, que también se hace en las Islas Baleares, Arag...