Las columnas de los condenados en la Plaza San Marcos (Venecia).
Los viajes no terminan exactamente cuando se regresa a casa. Perviven en la memoria y en las fotografías.
En este sentido, me gusta mucho retocarlas, encuadrarlas y sacarlas un mejor partido y, también, investigar un poco más sobre aquellos lugares visitados.
Yo quería publicar sobre la plaza de San Marcos de Venecia. Así os lo había prometido, pero todos los lugares importantes tienen su antesala y en el caso de la Plaza de San Marcos, el preámbulo que la antecede es la piazzeta de San Marcos que está entre el Palacio Ducal y el Campanile.
El núcleo central de Venecia reside en la plaza de San Marcos. Es, sin duda, la plaza más emblemática y ha sido ampliamente ensalzada por multitud de personas, entre ellas por Napoleón Bonaparte.
Tras dejar las maletas en el hotel, salimos rápidamente para intentar llegar a la Plaza de San Marcos antes de que anocheciera. Fuimos en un Vaporeto. Hay varias líneas que llegan hasta allí y nosotros tomamos la línea 1.
Accedimos a la plaza sorteando las dos altas columnas que la preceden porque los venecianos dicen que trae mala suerte pasar entre ellas y tampoco era cuestión de gafar el viaje.
Estas dos grandes columnas de granito fueron traídas desde Constantinopla en 1172 . No se conoce a ciencia cierta quienes fueron sus autores.
Los venecianos eran los principales comerciantes que controlaban la importación desde Asia y el oriente. Se hicieron muy ricos comerciando con especias y otros objetos orientales.
Por eso, tuvieron la capacidad suficiente como para traerse desde Oriente muchos objetos e incluso reliquias entre ellas los restos de San Marcos.
Entre los objetos que llegaron a Venecia están las grandes columnas que colocaron a la entrada de la Piazzetta de San Marcos.
Si observamos las columnas desde el punto de entrada a la plaza, la de la derecha es la columna de San Marcos. Se reconoce porque tiene un león alado en lo alto. Es una imagen de bronce del siglo IV ó V.
El león alado es el símbolo de San Marcos y lo encontramos en multitud de lugares de Venecia, puesto que este santo es el patrón de la Republica Veneciana.
San Marcos fue uno de los evangelistas y fue el fundador de la iglesia de Alejandría.
Fue el autor del segundo evangelio que se escribió y con el difundió el cristianismo por Egipto, en la época en la que reinaba el emperador Nerón.
El Cristianismo era perseguido en aquella época y por ello San Marcos fue arrastrado por las calles de Alejandría atado por el cuello hasta que murió el 25 de abril del año 68.
No fue un discípulo directo de Jesucristo. Para escribir su evangelio se basó en las enseñanzas que aprendió siguiendo a San Pedro.
Como San Marcos predicó en Egipto, se le describe como “la voz que clama en el desierto” y por analogía, como el rugido del león es la voz más potente del desierto, San Marcos se representa como un león.
Esta es la explicación de que en la parte más alta de la columna de la derecha encontremos un león alado. Es la representación de San Marcos, el patrón de Venecia y por eso veremos multitud de leones por toda la ciudad, entre otros en su bandera.
La columna de la izquierda es la de San Teodoro. En lo alto hay una escultura de mármol que representa a dicho santo. Si lo observamos detenidamente, vemos la figura de un guerrero con una espada que parece haber vencido a un enorme cocodrilo o un dragón.
San Teodoro nació en el año 306 en Turquía. Fue un santo griego del siglo IV.
San Teodoro fue un soldado del ejército romano que llegó a ser muy famoso en su época por vencer a un peligroso dragón, aunque algunos sugieren que dio muerte a un enorme cocodrilo. Por eso se le representa sobre un gran reptil.
Cuando los romanos descubrieron que el afamado Marcos era cristiano, le obligaron a ofreciera un sacrificio a los dioses paganos pero él, valiente y obstinado, se negó. Entonces, los jueces romanos lo amenazaron y le dieron un tiempo para reflexionar.
Pero Teodoro los afrentó incendiando por la noche el templo de Cibeles que estaba en la ciudad donde el nació, Amasea (Turquía). El templo quedó destruido totalmente. Entonces, los magistrados le condenaron a muerte y San Teodoro fue considerado martir.
Quizás por ese aspecto beligerante con los turcos,
San Teodoro fue el primer patrón de Venecia. Sin embargo, en el siglo IX la Republica veneciana consiguió robar el cuerpo de San Marco evangelista que estaba en Alejandría. Con esta extraordinaria reliquia Venecia ganaba en importancia por lo que se ordenó construir una bellísima basílica que todavía preside la plaza de San Marcos.
Así fue como San Marcos, en el año 828 desbancó a San Teodoro y se convirtió en el patrón de Venecia.
Ambos santos están encima de las columnas y nos recuerdan su patronazgo.
Entre ambas columnas, en la Edad Media, se situaba el patíbulo público y allí se ajusticiaba a los condenados. Para mayor sadismo y morbosidad, se los ejecutaba mirando hacia la basílica de San Marcos y la torre del reloj, para que vieran el minuto exacto de su muerte.
Por eso los venecianos dicen que trae mala suerte pasar entre las columnas y nosotros cautelosamente las bordeamos.
Estos detalles y estas historias las he averiguado ya en casa. Los viajes no terminan cuando se regresa a casa. Perviven en la memoria y en las fotografías. La curiosidad puede aumentar lo aprendido.
No puedo extenderme más. Os he mostrado unas fotografías que tomé y espero que os hayan gustado. Prometo cumplir con mi anterior promesa y, en la próxima publicación, hablaros de la plaza más espectacular de Venecia, la plaza de San Marcos. Hasta entonces, i nos vemos!
















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