El palacio normano de Palermo
Tras la impresionante visita a la Capilla Palatina nos adentramos en el Palacio Normando. Tras la maravilla de la capilla, el resto de palacio no me asombró tanto.
Este palacio es el fruto de múltiples construcciones y reconstrucciones. Inicialmente fue una fortaleza cartaginesa, sobre él construyeron un palacio los árabes. Mas tarde, los normandos lo ampliaron y embellecieron, llegando a ser su residencia oficial.
Tras un largo periodo de abandono fue restaurado por los españoles en el siglo XVII.
Actualmente es la sede del parlamento siciliano.
Al acceder al palacio encontramos un patio de tres pisos de galerías. Desde la primera planta se entra a la capilla palatina.
Apartamentos reales. Sala de Roger II cuya decoración es muy similar a la capilla palatina.
En las paredes de los apartamentos reales se representan escenas de caza y también animales con un valor simbólico. Así, el pavo real es el símbolo de la eternidad y el león es el de la fuerza y la realeza. Las figuras están enmarcadas en un paisaje de palmeras y arboles cítricos.
El mítico rey Federico II dijo “no envidio el paraíso divino porque estoy muy satisfecho de vivir en Sicilia”.
En mitad del techo está el emblema imperial, un águila con una liebre atrapada en sus garras.
Balsón con el águila y escudo real español borbónico.
Trampantojo en los techos pintados tras la restauración del palacio en la época española. Un trampatojo es una representación que engaña y simula una imagen real. Es este caso, la pintura simula una escultura en bajo relieve.
En el palacio hay diverso mobiliario muy interesante. Me llamó la atención la belleza de este jarrón chino muy grande y valioso.
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