Recorriendo Génova y sus símbolos: cómo moverse dentro de la ciudad y un pueblo de montaña en la periferia.

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Desplazarse por Génova no siempre es fácil, pero la administración municipal ha puesto en marcha algunas buenas prácticas para hacerlo más sencillo. Para animar a los ciudadanos a no utilizar sus propios coches, a partir del 1 de enero de 2024 el metro y los ascensores verticales serán gratuitos las 24 horas del día sólo para los residentes de la ciudad metropolitana de Génova. Los turistas pueden utilizarlos con un billete de 2,00 euros válido durante 110 minutos tras su validación.

Entre las líneas dignas de mención está sin duda el Navebus, que conecta Pegli (Ponente) con Porto Antico (centro) por mar. Este servicio permite llegar al centro de la ciudad desde el oeste en sólo 30 minutos. También es una forma de descubrir la ciudad desde un punto de vista privilegiado y evitar el tráfico. Otro punto destacado es el ferrocarril de vía estrecha, el ferrocarril Génova - Casella, un ferrocarril histórico que conecta Génova con la ciudad interior de Casella a través de una ruta verde. También hay 15 ascensores que permiten acceder rápidamente a los barrios montañosos y miradores, así como dos funiculares (Sant'Anna y Zecca-Righi) que conectan el centro con las alturas genovesas.

Génova es sobre todo una ciudad para recorrer a pie y descubrir sus múltiples niveles, colinas, mar y barrios con personalidades diferentes. Quizá un fin de semana no sea suficiente para apreciar sus maravillas. Regálese unos días más, quizá fuera de temporada, para disfrutar de la tranquilidad, mirando al mar.

Por último, un pueblo de montaña en la periferia de Génova: Carmine.

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  Carmine es un pueblo de ladera de antiguos orígenes en el centro histórico de Génova, incluido en la unidad urbana de Prè del Municipio I Centro Est.

En la época en que Génova iniciaba su carrera como república marítima, a principios del año 1000, la zona albergaba tierras de cultivo vitícola propiedad de la iglesia de San Siro, llamadas Pastorecia y Terricio.

En la segunda mitad del siglo XIII, la zona comenzó a poblarse debido a la ampliación de las murallas de la ciudad entre 1155 y 1159 por Federico Barbarroja[2]. Hacia 1192, el asentamiento se consolidó con la construcción de la iglesia de Sant'Agnese, demolida en el siglo XIX. A su alrededor se desarrollaron actividades artesanales, explotando los ríos Carbonara y Pietraminuta. En 1262 se fundó el monasterio de Santa Maria del Monte Carmelo, que dio nombre al pueblo.

En el siglo XIV, el barrio se expandió por las laderas de las colinas, tomando el nombre de Borgo di San Giorgio, formado por edificios considerados los primeros en tener varias viviendas. Al mismo tiempo, se construyeron las iglesias de San Nicolosio y San Bartolomeo, pronto incorporadas a las murallas del siglo XIV. En el siglo XV, parece que en Vallechiara y cerca de S. Agnese vivían artesanos que trabajaban el cuero, llamados confectores y unctores.

Entre los siglos XVI y XVII, el Borgo di San Giorgio sufrió transformaciones, pasando de casas con talleres anexos para artesanos a viviendas. Sin embargo, el tejido urbano se mantuvo prácticamente intacto hasta el siglo XIX, con la construcción de las actuales Via Polleri y Via Brignole De Ferrari y la anexión de la iglesia de Santa Inés a la del Carmine, lo que transformó el barrio en lo que es hoy.

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